Toxina Botulínica

Las arrugas faciales son la expresión natural del proceso de envejecimiento de los tejidos, de la acción de los músculos (líneas de expresión), y el daño secundario a la exposición solar.

La toxina botulínica es una sustancia producida por una bacteria (Clostridium botulinum) y que al ser inyectada en un músculo lo paraliza por un cierto período de tiempo.

Se usa aplicado en los músculos de la frente, el entrecejo y la «pata de gallina» con mayor frecuencia. También se puede inyectar en el cuello y el mentón.

Se realiza en el consultorio. EL cirujano plástico solicita a la paciente que arrugue el entrecejo, la frente o los ojos para identificar la masa del músculo y se inyecta la toxina con una aguja muy fina.

La acción de la toxina es altamente variable pero dura aproximadamente 3 a 4 meses al cabo de los cuales se repite el procedimiento para mantener el efecto. Lo más interesante de estas aplicaciones es que se crea en su cerebro una nueva manera de expresión por lo cual muchos pacientes no requieren de nuevas aplicaciones.

Se recomienda no hacerse masajes en la zona de inyección y colocar hielo local no directo en las zonas trabajadas luego de su aplicación. Se debe evitar el hielo permanente pues de lo contrario podría tener quemaduras en la piel. Usualmente el cirujano debe controlarlo hacia el décimo día para evaluar los cambios que se presentan y, si es necesario, reforzar el efecto en algunas zonas pues es impredecible la verdadera fuerza de cada grupo muscular.

En la consulta inicial su cirujano evaluará su estado de salud, los antecedentes médicos de importancia y valorará sus rasgos faciales determinando cual es la opción que más le conviene.

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